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Proxima produccion de alekzandro ballesteros en el cual trbaja tanto en la musica y produccion, con la partisipacion da karla giuliani en letras
disco titulado LOVE GIULIANI q saldra en algunos meses a la venta.
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En los últimos años, se ha abierto un encarnizado debate acerca del techno, las raves y las drogas motivado sobre todo, como consecuencia de la muerte de adolescentes por sobredosis en el consumo de psicotrópicos en masivas fiestas dance.
La electrónica, no vamos a negarlo, tiene sus drogas al igual que las tiene el rock y cualquier otra manifestación musical. En el caso de los sonidos orientados al baile, música para el cuerpo en sentido amplio, el éxtasis manda. Su toma amplifica en el oyente las sensaciones producidas por la música, que en muchos casos, está a su vez diseñada para ser escuchada bajo los efectos de estas sustancias. Al efecto del éxtasis de inducir sentimientos de "unidad y empatía" con el resto de asistentes a la fiesta e incluso con el mundo entero (de ahí su denominación como droga del amor, aunque esta definición se vuelva paradójica: este "amor" se refiere a una especie de preámbulo inocente que nunca llega a más), se suma su faceta anfetamínica como reductora del sueño y del cansancio, permitiendo así que el clubber baile durante horas y horas sin descanso.
En la etapa del acid house se hablaba incluso de e-culture, que no es otra cosa sino la exaltación de las propiedades del éxtasis de cara a la participación en las raves. Pero el consumo prolongado de éxtasis provoca, cuando sus efectos cesan, depresiones que pueden durar varios días, estando comprobado, además, que reduce los niveles de serotonina a largo plazo (neurotransmisor responsable de las sensaciones placenteras) en el cerebro, con lo que el consumidor ve cómo se le va apoderando una sensación de infelicidad constante. Aun así, el hecho de que el éxtasis esté ligado de forma inherente a la cultura electrónica, no es imprescindible estar bajo sus efectos para disfrutar de una buena sesión o un buen directo.
Además, la cultura electrónica no se basa sólo en el baile, como demuestran las tendencias más ambientalistas y las basadas en la IDM (Intelligent Dance Music) o los medios tiempos, en las que el lenguaje propuesto para su escucha responde más con la horizontalidad que la verticalidad.
Pero retomando el contexto rave, hay que citar a la ONG Energy Control que, desde dentro de las propias fiestas, se dedica a promover el consumo responsable en el caso de consumidores habituales, a reforzar mecanismos de prevención y resistencia en el caso de no consumidores, y a dar el máximo de información a los indecisos. También analizan la sustancia que va a ingerir el raver con el fin de detectar si está adulterada o no con algún otro componente, ya que se ha encontrado un alto porcentaje de pastillas que contenían sustancias altamente dañinas o bien en dosis mucho mayores de las aconsejables. Iniciativas como las de Energy Control dan una información objetiva y no moralista al individuo para que luego él decida lo que quiere hacer a partir de entonces.
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Quizás sea el combinado de colaboradores más ecléctico jamás registrado en un disco: en Mar dulce, lo nuevo de Bajofondo Tangoclub, participaron nada menos que Elvis Costello, Gustavo Cerati, Nelly Furtado, la fallecida cantante de tango Lágrima Ríos (con un tema llamado “Chiquilines” que Gustavo Santaolalla le escribió especialmente), Juan Subirá de la Bersuit, la rapera española Mala Rodríguez y muchos otros.
El LP sale a la venta el próximo 4 de septiembre. Fue producido por Juan Campodónico y Gustavo Santaolalla y se grabó todo tocado como banda en los Estudios ION de Buenos Aires (en una primera etapa se grabó contrabajo, violín, bandoneón, guitarra y piano, luego se agregaron las cuerdas a cargo de Alejandro Terán, tras eso se sumaron baterías acústicas en Los Ángeles, y finalmente se registró la participación de los invitados en Nueva York, Los Angeles, Tokio, Montevideo y Madrid).
El primer single será “Pa’ bailar”, un tema que combina un beat de rock con el estilo de D´Arienzo, y saldrá a todas las radios en el mes de julio. Cuenta con la participación del bandoneonista japonés Ryota Komatsu.
La madrugada del domingo 4 de febrero, personal de la Policía de Investigaciones realizaba un operativo antidrogas en la novena región, en el entorno de una fiesta electrónica que se realizaría en las cercanías de Pucón, en Chile. El hecho culminó con una detención que sorprendió a muchos: Paul Morrison, el dueño de la productora Street Machine e hijo de la diputada María Angélica Cristi.
Sin embargo, él no sería el único ilustre apresado esa noche. La estrella de la fiesta que Morrison producía, el DJ japonés Satoshie Tomiie, también debió pasar largas horas detenido, sin tener ni la menor idea de todo lo que pasaba.
Tomiie fue apresado en las afueras del Hotel del Lago, donde se estaba hospedando, junto a otras tres personas.
Tras diálogos con la policía en los que les explicaban que se trataba de un artista que debía realizar una presentación para miles de personas, y en los que intervinieron abogados y hasta la diputada María Angélica Cristi, Tomiie fue llevado en autos de la policia al "Sun Tour 2007", la fiesta en que debía presentarse.
Allí mezclo prácticamente en calidad de detenido, siendo vigilado todo el tiempo por policias, quienes tras la presentación lo llevaron de vuelta al hotel. Una vez allí le quitaron su computadora portatil y dinero en efectivo, que personal de la productora que lo contrató logró recuperar después.
Tras ser dejado en libertad, el DJ logró llegar a tiempo para tomar el vuelo que ese mismo día lo llevaría de vuelta a Nueva York, hasta donde regresó sin ganas de saber de Chile por un buen tiempo.
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